Quinta generación de una familia de viñateros de la zona de Cauquenes, Valle del Maule, comenzó a trabajar como enólogo en Viña Concha y Toro, donde estuvo por dos décadas.
Fue el creador de Don Melchor, el primer ícono de Chile que alcanzó noventa y seis puntos en Wine Spectator, el primero en desarrollar un Late Harvest en Chile y embotelló el primer chardonnay chileno.
De Pablo Morandé L. cuenta la historia que fue el descubridor del Valle de Casablanca, plantando por primera vez ahí en 1982 en contra de las opiniones de los expertos de la industria del aquél entonces.
Más tarde funda Viña Morandé en la que sería la primera viña del valle de Casablanca donde hoy desempeña la REalizacion de premiados Espumosos.
En el 2008 comienzan a dar frutos una de sus grandes hazañas y desafíos, con la elaboración de un elegante Carignan del Maule elaborado en antiguas tinajas.
Así comienza su sueño a hacerse realidad para posteriormente en el 2012 abrir las puertas de su anhelada Bodega en Casablanca, Bodegas RE, casa de antiguas tinajas Maulinas y gigante ánforas de arcilla que dan origen a vinos de carácter ancestral en los tiempos de hoy, REscatando la tierra, las personas que labran sus parras y las tradiciones familiares.
Enóloga y administradora de Bodegas RE.
Madre de cuatro hijos, a heredado una pasión arraigada de su distinguido padre, Pablo Morandé L., nacida y criada entre parras, Piedad se embarcó en un viaje de aprendizaje y perfeccionamiento en la agronomía y enología. Actualmente, desempeña un papel fundamental como líder en la administración del emporio y bodega familiar, fusionando con maestría la tradición vitivinícola chilena con una visión innovadora y consciente con el medio.
Hija de un visionario,
Piedad ha transformado la bodega en un epicentro de calidad, excelencia y acogida para las visitas. Su liderazgo ha llevado a la bodega a nuevas alturas.
En su rol como administradora Piedad continúa tejiendo la historia de la familia Morandé tratando de REspetar, cultivar y mantener nuestras tradiciones.
M. Piedad Morandé D.
Pablo Morandé Desbordes
Enólogo y artífice de la tradición vinícola familiar de RE.
Ha dedicado su vida a REcrear y REvelar los vinos ancestrales de Bodegas RE. Proveniente de una estirpe respetada en la viticultura chilena, hijo de Pablo Morandé Lavín, una figura clave en la historia vinícola del país.
Junto a su padre, Pablo ha REvivido con maestría las prácticas ancestrales, infundiendo cada botella con el conocimiento transmitido de generación en generación.
Su papel como líder en las vendimias y en los procesos de creación del vino REfleja su profundo compromiso con la calidad y la autenticidad, consolidando a Bodegas RE como un faro de la excelencia enológica.
Gerente general de Bodegas RE y compañero vital de
Piedad Morandé.
Despliega su destreza empresarial y pasión por el vino en la administración de la bodega familiar. Encargado de la administración y comercialización de los prestigiosos vinos RE, Cristóbal ha sido una fuerza impulsora en la consolidación de la marca.
Su visión estratégica y habilidades de gestión han sido fundamentales para la expansión de Bodegas RE, permitiendo que los vinos de la familia Morandé lleguen a nuevos mercados.
En colaboración con Piedad, Cristóbal Santolaya personifica la fusión de tradición y modernidad, contribuyendo al crecimiento sostenible y al éxito continuo de la bodega familiar.
Cristóbal Santolaya Martínez
José Crispi
La primera generación de la familia Crispi, de reconocida tradición agrícola, llegó a Chile desde España a principios del siglo XX estableciéndose en Curicó, en la parte norte del Valle del Maule atraída por los viñedos que encontraron en esa zona. Desde entonces, la familia Crispi ha desarrollado diferentes negocios agroindustriales incluyendo la elaboración de vinos de alta calidad.
Alrededor de la década de 1930, la familia plantó los primeros viñedos.
Y en 1940 construyeron la bodega que se mantuvo activa hasta finales de los años 90 ofreciendo sus vinos en el mercado nacional.
Junto con el renacer de la industria vitivinícola chilena y su proyección a los mercados internacionales, la 3ra generación de la Familia Crispi-Soler, comandada por José Crispi, decidió incursionar en el negocio del vino a nivel mundial desarrollando un modelo donde el foco e inversiones iniciales se orientaron, de manera innovadora a lo comercial y en la presencia internacional a diferencia de la industria que invertía fuertemente en viñedos y bodegas. EE. UU., Brasil y China fueron los mercados seleccionados, siendo reconocida hoy como una de las viñas chilenas con mayor agresividad comercial.